¡Julio Cesar ha vuelto a casa!
Su historia es la de miles de familias que aún viven con la pregunta abierta de dónde están sus seres queridos. Julio César era combatiente, un joven noble, alegre y lleno de esperanza. Siempre estaba atento a ayudar a quien lo necesitara; entre sus compañeros de filas, su familia social, era profundamente querido por su generosidad.
Amaba las mariposas. Decía que verlas volar era recordar que la vida siempre puede transformarse. Y así vivía: convencido de que este país merecía una segunda oportunidad, convencido de que Colombia podía cambiar para ser un lugar más justo para todos y todas. Por ese sueño entregó su juventud y su compromiso.
Desapareció en 2011, en medio de hostilidades en zona rural de Buga, Valle del Cauca. Fue inhumado sin nombre, sin un adiós de su familia, sin un último abrazo. 13 años después, gracias al trabajo conjunto entre la Corporación Humanitaria Reencuentros y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, su nombre y su historia regresaron al lugar que siempre merecieron: el corazón de su gente.
Un dato entregado por un firmante de paz encendió la chispa de la verdad. La información permitió reconstruir lo ocurrido y, mediante pruebas genéticas, confirmar su identidad. Tras 13 años de ausencia, Julio César volvió a casa.
Su historia también habla de lo que aún nos duele. Cuando llegó el momento de despedirlo dignamente, su familia, sus amigos y su familia social no pudimos acompañarlo. Las difíciles condiciones de seguridad en la zona rural de Tuluá y en general en el Valle del Cauca lo impidieron. La misma violencia que lo desapareció sigue negándole a su gente el derecho a enterrar y honrar a sus seres queridos como merecen.
Aun así, la esperanza sigue viva. Julio César, como sus mariposas, renació para recordarnos que la vida se transforma y que este país merece una segunda oportunidad. Hoy lo honramos como el joven noble, alegre y soñador que fue, y reafirmamos que no dejaremos de buscar, preguntar y caminar cada territorio hasta encontrarlos a todos y todas. Porque cada familia merece un reencuentro y cada nombre debe ser pronunciado con amor.
📷: Comunicaciones @ubpdcolombia Valle
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